viernes, 15 de mayo de 2015

#yotambienmedormi


Nos conocemos desde los 13 años y desde ese tiempo quería ser médico, y lo logró, con muchos esfuerzos y sacrificios, incluso hoy su carrera no termina y justo ahora empieza una nueva especialización. Es incansable, un guerrero, un luchadorHoy quiero hablarles de un hombre increíble, quizá uno de los que más admiro y amo, mi mejor amigo Johny. 

Creo que la carrera de medicina es una de las más exigentes, y carga con la responsabilidad más grande: velar por la vida. Y las exigencias no terminan al graduarse, después siguen los sacrificios y las largas jornadas de trabajo, sin dormir, a veces sin comer, rindiendo al 100% y manejando de la mejor manera la presión de la angustia de enfermos y familiares.

Él migró buscando mejores oportunidades laborales ya que como otros profesionales de la salud en Colombia y otros países de latinoamérica, no son bien pagos. Sus salarios no corresponden al tiempo y dinero que dedicaron a sus estudios, ni tampoco a sus jornadas laborales y el grado altísimo de responsabilidad que cargan a sus espaldas. ¿Quién trabaja 18, 24, 36 horas seguidas sin dormir? Cualquiera que escuche esto pensaría en una maquila ilegal en un país tercermundista. No es de extrañar que muchos médicos terminen dormidos en una silla en su lugar de trabajo, exhaustos, no hay que ser muy inteligente para entender porqué pasa esto.

Hoy me encuentro con esta noticia en BBC, y quiero invitarlos a que la lean y entiendan el porqué de estas palabras. También la lista de fotos de la campaña #yotambienmedormi en la web, para que se ilustren un poco que esta verdad que quizá muchos desconozcan.


Quiero con esto hacer un pequeño homenaje a Johny y a todos los médicos que trabajan incansablemente por nuestro bienestar. A todos ellos, gracias.

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